¿Por qué unos engordan más que otros?

Existen dos tipos de personas en este mundo, las que engordamos por comer tres tacos de carnitas y las que, por alguna extraña razón, podrían consumir el cerdo entero sin subir aparentemente de peso. ¿Cómo es esto posible? ¿Cuál es el truco aquí?

Dejemos la envidia de lado, resulta que no es magia o “pura agua simple”, sino que existe una explicación científica para este fenómeno.

¡Alerta! La información que te proporcionamos a continuación tiene que ver con el motivo por el que algunas personas lucen estar siempre delgados a pesar de comer mucho. De ninguna manera reemplaza u omite la necesidad de llevar un estilo de vida saludable (comer bien y hacer ejercicio).

Cualquier explicación de la epidemia de obesidad debe considerar tanto la genética como el medio ambiente.

Ya sabemos (pero pocos lo evitamos) que la obesidad es una epidemia, debido a que nos hemos acostumbrado a la inactividad física y al consumo de alimentos ricos en calorías. Sin embargo, no todas las personas se vuelven igual de obesas, ni todos tenemos la misma distribución de grasas. Esto lo determinan nuestros genes.

Como seguramente recordarás en tus clases de biología, los genes pueden influir un sinfín

de procesos, actividades y comportamientos relacionados con nuestro cuerpo. Lo mismo ocurre con nuestro peso, pues pueden determinar la distribución de tejido adiposo y la acumulación de grasa alrededor de nuestro abdomen, el tórax y nuestras extremidades.

Por esta razón, es más probable que algunas personas desarrollen mayor cantidad de grasa en el abdomen y las extremidades del cuerpo que otros. Por lo que, en algunos basta con consumir poca grasa y ya notar las famosas llantitas.

“Los genes dan instrucciones al cuerpo para responder ante los cambios de entorno.” -Centro para la Prevención y Control de Desastres (CDC, por sus siglas en inglés).

¡Pero hay más! No sólo los genes nos predisponen a tener mayor tejido adiposo que otros. También estos podrían influir en nuestros comportamientos, como el impulso de comer en exceso. Además de que están asociados con nuestro metabolismo (la capacidad de usar las grasas dietéticas como combustible, y la tendencia a almacenar más grasa corporal).

Pero, ojo, no todo es culpa de la herencia. También nuestro alto consumo de azúcares y grasas saturadas, aunado a pasar todo el tiempo viendo pelis en lugar de hacer ejercicio, influyen en gran medida con que estemos más voluminosos que otros.

Es de esta forma que, aunque algunos familiares o amigos coman lo mismo y en las mismas proporciones que tú, notarás que a algunos se les hace más sencillo mantener su peso

Así que la próxima vez que veas a esa persona mantenerse en forma a pesar de darle duro a la comida, piensa que: O lleva un estilo de vida más sano que tú, o todo es culpa de sus genes. Sea como sea, les tenemos envidia… de la buena.

 

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