El final de una gran película, cuando terminaste una relación que rompió tu corazón o el humo del tabaco. Estos son tan solo algunos de los motivos por los que las lágrimas aparecen para recordarnos que gran parte de nuestro cuerpo es agua. Pero pese a lo comunes que pueden ser, te contamos algunos datos que tal vez no conozcas sobre ellas:
¿De dónde vienen las lágrimas?
Todos sabemos que brotan de los ojos, pero el lugar exacto donde nacen son las glándulas lagrimales, las cuales se ubican en la parte superior de estos órganos. Cada que parpadeamos, las lágrimas se expanden por toda la superficie del ojo para luego drenarse por los lagrimales y correr mediante canales que se ubican en los párpados.
Cuando las lágrimas logran derramarse por las mejillas es porque la capacidad del sistema de drenaje lagrimal es superada. Es decir, hay un exceso de lágrimas ahí y salen por los ojos, una tras otra.
¿Todas las lágrimas son iguales?
Pese a que todas las lágrimas nacen del mismo lugar, existen diferentes tipos de ellas:
- Lágrimas basales: Son un escudo para la córnea. Al envejecer, se producen menos de este tipo.
- Lágrimas reflejo: Son limpiadoras con anticuerpos para proteger de bacterias que pueden amenazar al ojo, como humo, vapores, irritantes y sustancias extrañas.
- Lágrimas emocionales: Son expresiones físicas para reflejar miedo, tristeza, alegría, entre otras emociones.
Ahora sabes que las lágrimas no sólo están para las personas más sensibles, ni reservadas para los momentos tristes, sino que son una respuesta natural del cuerpo para protegernos del exterior. Y aunque son pequeñas, dentro de ellas hay enzimas, lípidos, metabolitos y electrolitos; tal y como la saliva.