Si te preguntas por qué a plena mitad de temporada invernal ya te has enfermado más de una vez de gripe esto podría ayudarte a entender las razones.
Para empezar, la gripe es la infección más frecuente entre la población sobre todo en época invernal, y desafortunadamente con que una persona de tu círculo cercano se encuentre infectada las probabilidades de que te enfermes aumentan. Esto se de debe a que los virus que ocasionan la gripe pueden estar hasta 8 horas fuera del cuerpo (de quien está enfermo) y aún así infectar a alguien completamente sano.
Pero ¿cómo nos infectamos?
Todo inicia con un microorganismo, llamado virus, que se introduce en nuestras células y las utiliza para poder reproducirse (al puro estilo de la ciencia ficción), al hacerlo estos virus pueden causarnos múltiples infecciones, entre ellas el (tan molesto) resfriado común o gripe que comúnmente afecta:
- Las células de la nariz
- Los senos paranasales (las cavidades de aire)
- Los oídos
- Los bronquios
No hay un único virus que ocasione la gripe, pueden ser más de 100 diferentes virus los que ocasionan los síntomas de la gripe. Entre ellos el rinovirus.
Si entras en contacto con alguien que padece gripe o con superficies infectadas, y no tienes la higiene adecuada (es decir, te tocas la cara, ojos o boca con las manos sucias y llenas de gérmenes) es muy probable que adquieras una infección también.
Esto sucede porque tu nariz esta conectada con la faringe que a la vez conecta con tu laringe, se convierte en la tráquea, luego conecta con los bronquios y finalmente tus pulmones; así que, sí, una sola partícula puede infectar todo tu sistema respiratorio. La mayoría de las veces tu sistema inmune se encarga de derrotar esos virus sin que te des cuenta, en otras ocasiones el virus se almacena en una sola célula hasta que se reproduce demasiado (como si se llenara un globo de agua) y explota infectando a otras células.
Tu sistema inmune reaccionará intentando eliminar el virus, para lo que crea células llamadas leucocitos o glóbulos blancos que suelen ser de distintos tipos y tienen funciones diferentes para curar tu gripe:
- Macrófagos. Que destruyen los gérmenes en cuanto los detectan. Si no lo logran llaman a los:
- Linfocitos B. Crean los llamados anticuerpos, que se adhieren al virus y hacen que su reproducción se detenga.
- Linfocitos T. Avisan al cuerpo que hay una infección, matan a las células infectadas y pueden ayudar a producir más anticuerpos.
¿Y para qué te explicamos todo esto? Pues bien, la producción de todas estas células y su transporte a las áreas infectadas requieren que tu cuerpo dilate sus arterias e inflame sus tejidos lo cuál es la razón de los síntomas de la gripe como:
- Dolor de garganta
- Picazón en la garganta
- Mocos
- Tos
- Dolor de cabeza
- Fiebre baja
- Sensación de cansancio
Por lo que todos esos síntomas son la acción de tu cuerpo para luchar contra la infección de la gripe, y durarán por lo menos una semana. Por ello, varios médicos recomiendan no usar antibióticos cuando tengas un resfriado común, pues estos no podrán hacer nada para controlar tu infección y por el contrario podría causarte una resistencia a los antibióticos.
Así que si sufres frecuentemente de resfriados probablemente se deba a dos cosas, o la combinación de ambas: una mala higiene y las bajas defensas. Es momento de comenzar a fortalecer tu sistema inmune teniendo una mejor alimentación, realizando más ejercicio, abandonando el tabaco y alcohol, y durmiendo mejor; así esta temporada invernal podrás salir invicto (o casi) de las infecciones respiratorias.