¡Ya no te traumes!

¿Después de vivir una experiencia traumática, como un terremoto (o las constantes alertas sísmicas) te pasa alguna de las siguientes cosas?

  • Tienes sueños, pensamientos o recuerdos constantes sobre eso.
  • Evitas hablar sobre lo sucedido, y no quieres ver a las personas y lugares que te recuerdan esa experiencia.
  • No puedes recordar algunos aspectos del incidente.
  • Tienes pensamientos y expectativas negativas y persistentes sobre ti mismo y otros.
  • Tienes ideas distorsionadas sobre las causas y consecuencias del evento
  • Te has vuelto negativo
  • Pierdes el interés en actividades importantes
  • No puedes experimentar emociones positivas.
  • Estás irritable y tienes estallidos de furia
  • Tienes conductas autodestructivas o riesgosas
  • Te sobresaltas con frecuencia
  • Tienes problemas del sueño.

 Si te sentiste identificado con uno o más de estos pensamientos, y han estado acechándote por más de un mes,  podrías tener el trastorno de estrés postraumático. Para combatirlo la mejor forma es buscar ayuda de un profesional. 

La mayoría de las personas que presentan el trastorno de estrés postraumático tienen buena respuesta a la terapia psicológica. Pero si no se atienden de forma apropiada, pueden tener riesgos importantes porque se afectaría su vida familiar, social, escolar y laboral. incluso, existe el riesgo de que lleguen a cometer suicidio.

Recuerda que vivimos en una ciudad con alta actividad sísmica, y la mejor forma es estar prevenidos, sin que eso, signifique perder el sueño.

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