Seguramente has notado que todos los alimentos que compras traen una peculiar etiqueta con muchos números y porcentajes. En Mimisqui te contamos qué significa cada uno y cómo pueden ayudarte a cuidar de tu salud.
La etiqueta de información nutrimental (o nutricional) está diseñada para ayudarte a conocer la cantidad calórica y de nutrientes que un producto le aporta a tu cuerpo. Sin embargo, cabe destacar que la información proporcionada por la tabla se desprende del tamaño de la porción.
Tamaño de la porción y Cantidad de porciones
El tamaño de la porción te indica la cantidad individual recomendada por empaque o envase. Puede ser expresada en tazas, gramos, mililitros, entre otros. Mientras que, la cantidad de porciones te dice cuántas porciones contiene ese empaque o envase.
Es muy importante saber que, por lo general, cada producto contiene más de una porción, esto quiere decir que, si una bebida gaseosa contiene 600 ml (por ejemplo), no significa que esa es la cantidad adecuada que debes consumir.
Calorías
Las calorías, explicándolo muy a grandes rasgos, es la cantidad de energía que recibe tu cuerpo, aquellas que no son ocupadas, quedan almacenadas en forma de grasa. Su unidad de medida son las kilocalorías (kcal), que es el equivalente a mil calorías.
Cada uno de nosotros requiere de un número determinado diario de calorías. Si tienes dudas acerca de cuántas debes de consumir, puedes consultarlo en línea como calculador de calorías, o bien, yendo con un nutriólogo.
Valores diarios
Quizá este es el elemento de mayor importancia para leer una etiqueta de información nutrimental, pues este apartado indica el porcentaje de cada nutriente del producto que aporta a tu dieta regular diaria.
Existe un valor estándar autorizado la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades internacionales llamado Cantidades Diarias Orientativas (GDA, por sus siglas en inglés) el cual establece un valor de entre 2,000 y 2,500 kcals de consumo diarias. A partir de estas cantidades, miles de marcas en el mundo las utilizan como pauta para establecer sus porcentajes. Por ejemplo, si un producto muestra un contenido calórico de 20%, consumirás 400 kcals, aproximadamente.
Recuerda que se trata de un valor estándar. Cada cuerpo es distinto y el valor de calorías y nutrientes que necesitamos es diferente de acuerdo a nuestra complexión y actividad física. No olvides consultar a un nutriólogo para conocer la cantidad apropiada que tu cuerpo necesita.
Grasas
Que un producto contenga grasas no necesariamente significa que sea dañino para tu salud. Existen distintos tipos:
- Totales: Son aquellas que le dan energía al cuerpo para poder moverse (al no ser ocupadas, quedan almacenadas en el cuerpo).
-
- Saturadas: Elevan las cantidades de colesterol.
- Monoinsaturadas: Pueden bajar el nivel de “colesterol malo“ (el que va directo a las arterias).
- Poliinsaturadas: Capaces de regular la cantidad de colesterol en la sangre.
- Ácidos grasos: Es un tipo de “grasa artificial“ que incrementa los niveles del colesterol malo (es comúnmente hallado en las frituras).
Sodio
Comúnmente generalizado como sal, el sodio contribuye a un adecuado funcionamiento de los nervios y músculos, al igual que mantener un equilibrio de los líquidos del cuerpo. Aunque, en exceso es capaz de subir la presión arterial, aumenta el riesgo de padecer problemas renales, entre otros.
Carbohidratos
Nuestro sistema digestivo los transforma en glucosa, la cual es esencial para ser utilizado como energía para las células, tejidos y órganos. Existen dos tipos principalmente:
- Carbohidratos simples: Aquí está incluido el azúcar de las frutas, lácteos y vegetales.
- Carbohidratos compuestos: En este se encuentran los cereales o legumbres, los cuales también son ricos en fibra dietética.
Consumir carbohidratos en exceso puede traer repercusiones como aumentar los niveles de triglicéridos y el riesgo de padecer obesidad, así como enfermedades asociadas a ésta.
Vitaminas y minerales
Las vitaminas actúan en nuestros sistemas enzimáticos con el fin de poder metabolizar las grasas, proteínas y carbohidratos. Además, contribuyen al desarrollo y sano crecimiento de células, tejidos y órganos. Por su parte, los minerales son sustancias inorgánicas encargadas de la producción de hormonas y de mejorar la actividad de los órganos, así como en la formación de huesos y células sanguíneas.
Por ello, es muy importante consumir productos que contengan más vitaminas y minerales que grasas y carbohidratos, si no es así, no te recomendamos que los consumas.
Ahora ya los sabes, aunque pareciera estar en ruso, no es complicado leer la información nutrimental que viene en el empaque de lo que deseas comer, el secreto está en la práctica. Saber leer esta información no sólo te ayudará a saber cuántas calorías consumes, sino también a descubrir qué es lo que estás consumiendo y qué beneficios (o daños) ofrece a tu cuerpo.
NOTA: Cualquier bebida o producto empaquetado que consumas debe de incluir su información nutrimental obligatoriamente.