Estamos acostumbrados a refrigerar nuestros alimentos para evitar que se echen a perder, sin embargo, diariamente cometemos ciertos errores que podrían poner en riesgo nuestra salud. Te compartimos estos tips para conservar tus alimentos.
Parte de una adecuada y sana nutrición involucra una adecuada elección de los alimentos para evitar que nuestro cuerpo sufra daños por consumirlos además claro, de evitar que se echen a perder. La descomposición de los alimentos se debe, principalmente, a microorganismos (bacterias, parásitos) y a factores ambientales como el calor, la humedad, la luz y el oxígeno.
Para que esto no ocurra existen métodos que permiten conservar los alimentos reduciendo el aire, agua y calor en la comida:
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La refrigeración y congelación
Es el método más común para la conservación de los alimentos, de todo tipo, sin embargo no todos lo hacen de una manera adecuada. Primero, aunque pienses que detiene la descomposición en realidad sólo disminuye el tiempo que toma.
Al bajar la temperatura de los alimentos disminuye la velocidad de acción de las reacciones químicas y la proliferación de los microorganismos. Algo congelado ha disminuido su tiempo de putrefacción al descongelarlo su descomposición continuará al tiempo normal, no importa que lo vuelvas a congelar. Por eso te recomendamos que una vez descongelado lo consumas cuanto antes.
Los alimentos deben ser enfriados a una temperatura de 4ºC y congelados a -18ºC.
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Envase al vacío
Este método consiste en eliminar todo el aire que está presente en el envase que los contiene para evitar que los microorganismos aerobios se propaguen. Este método puede aumentar de 3 a 5 veces su duración, en especial para carnes, verduras y mermeladas.
Para lograr esto, puedes guardar los alimentos en bolsas, sumergirla casi en su totalidad en agua, o bien utilizar frascos de vidrio con tapa metálica y ponerlos en baño María, así podrás extraer todo el aire que contiene y lograr que duren más.
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Deshidratación
La humedad de los alimentos facilita la propagación de bacterias, por ello deshidratarlos puede ser un buen método de conservación, principalmente para hierbas, carnes, frutas y verduras.
Con este método los alimentos no pierden sus valores nutrimentales, se potencializa su sabor y facilitan su almacenamiento.
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Precocinado
Para los alimentos en los que el tiempo de descomposición es demasiado corto y su putrefacción es casi inevitable, como los huevos, las verduras y grasas, como la mantequilla es recomendable comenzar el proceso de cocinado de tu platillo. Por ejemplo, lava y hierve la verdura, guárdala en bolsas de plástico para cocinarlas después en tu platillo favorito.
Además de ahorrarte unos pasos en tu preparación culinaria lograrás que tus alimentos duren más tiempo.
Para evitar que tu comida se eche a perder y tu bolsillo sufra con gastos de más, utiliza el método de conservación que más le convenga a tu salud y a tu delicioso menú.