¿Te has sentido culpable después de haber tenido una relación sexual? ¿Aunque llegaste al orgasmo, después te sentiste insatisfecha o insatisfecho? Aunque hablar de temas relacionados con el sexo sigue siendo hasta la fecha un fuerte dolor de cabeza para algunos, hay muchos problemas sexuales que son más comunes de lo que parece. Un ejemplo de ello, es la disforia postcoital (DPC).
¿Qué es la disforia postcoital (DPC)?
La disforia postcoital es una sensación de malestar o culpabilidad producida después de haber llegado a un orgasmo. Esta inquietud aparece regularmente después de haber tenido relaciones sexuales, aunque también puede aparecer después de la masturbación y no respeta edad ni género.
46% de las mujeres ha experimentado DPC al menos una vez en su vida, en los hombres 41%.
¡Ojo! La culpabilidad por no haber usado condón, por haber terminado antes de tiempo, no disfrutarlo o arrepentirse de haber tenido sexo con un desconocido no son disforia postcoital. Pues este padecimiento no proviene sólo de una insatisfacción sexual.
La DPC va más allá de eso. Las sensaciones de malestar e insatisfacción después de haber llegado al orgasmo son más bien causadas por reacciones neuroquímicas, ideologías interiorizadas o experiencias traumáticas. Veamos en qué consisten cada una de ellas.
Neuroquímica y la amígdala
De acuerdo con el doctor Richard Friedman, la disforia poscoital puede tener un eje biológico causado por la actividad de la amígdala. No, no hablamos de las que están en la garganta, sino la cerebral, la cual es una glándula que regula emociones como el miedo y ansiedad que desaparecen durante la relación sexual. Es decir, que estas emociones se activan después del orgasmo y comenzamos a sentirnos de ese modo.
De la misma forma, la ciencia también explica que puede deberse a reacciones neuroquímicas donde determinadas hormonas contrarrestan a las responsables del placer sexual después de tener relaciones sexuales, provocando que experimentemos una situación de estrés y depresión.
Creencias e ideologías
Admitámoslo, no todos somos iguales y no a todos se nos educó de la misma manera. Distintos factores como nuestra cultura; valores familiares, creencias religiosas, el lugar donde crecimos, pueden afectar nuestro modo de vida, incluyendo nuestra vida sexual.
Puede ocurrir que en ocasiones pensemos que no deberíamos tener relaciones sexuales por ser un acto pecaminoso, o por ser mal visto por nuestra familia o la comunidad en la que crecimos. Por ello, puede complicarse lograr una sensación de satisfacción después de haber tenido un orgasmo. Esto ocurre más con quienes querían llegar vírgenes al matrimonio.
Experiencias traumáticas
Es cuando el período de insatisfacción, irritabilidad y malestar es provocada por algún evento sexual traumático, como puede ser una violación o una relación negativa con la pareja. Esto puede traer como consecuencia un sentimiento de angustia, repugnancia, estrés, tristeza o culpabilidad después de haber tenido relaciones sexuales.
Generalmente la disforia postcoital suele ser poco usual y dura a tan sólo un par de minutos, aunque en algunas personas puede llegar a ser recurrente y de tiempo prolongado. Si este es tu caso (o el de tu pareja), te recomendamos seguir las siguientes indicaciones:
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- No hay de qué avergonzarse. Tener este tipo de sentimientos después de tener relaciones sexuales puede ser incómodo y penoso. Pero no hay por qué avergonzarse pues como tú hay muchas personas que atraviesan esta situación y se trata de tu cuerpo y de tu sexualidad. #FueraTabúes.
- Hablar con la pareja. Por temor a que la pareja se entere de esta situación, hay personas que prefieren guardarlo como secreto, trayendo como consecuencia problemas más complejos (peleas, alejamiento, infidelidad, etc.). No temas comentárselo a tu pareja, seguro entenderá. De no ser así, haz que lea este artículo.
- Consultar ayuda profesional. Si te costó decirle a tu pareja, tal vez te cueste un poco más contactar a un profesional de la salud sexual. Sin embargo, la ayuda de un especialista (psicólogo/sexólogo) puede mejorar esta situación significativamente para ti y tu pareja.
Descuida, la disforia postcoital nos puede llegar a pasar a todos en algún momento de nuestra vida, sin embargo, en caso de que los síntomas mencionados anteriormente sean frecuentes, es necesario buscar ayuda para gozar en el futuro de una vida sexual más sana.