¿Cuál es la importancia de la insulina en nuestro cuerpo?
La insulina es una hormona producida en el páncreas que tiene muchas funciones importantes en nuestro organismo. Entre las principales, es determinante en el mando de los niveles de la glucosa en la sangre.
La insulina actúa como factor clave para que la glucosa sea utilizada como fuente de energía. Además, anima el almacenamiento de la glucosa como glicógeno en el hígado, el músculo y las células gordas, cuando hay hiperglucemia.
Su función primaria entonces, es reducir la concentración de glucosa en la sangre, (Por lo general, esta tasa es de 80 – 90 miligramos por decilitro), permitiendo su transporte al interior de las células, actuando sobre el tejido adiposo (adipocitos), el músculo (fibras musculares o miocitos) y el corazón (fibras cardiacas o miocardiocitos).
La glucosa es el combustible primario para todos los tejidos de cuerpo.
¿Qué otras funciones tiene la insulina?
Además de regular la glucosa, la insulina también desempeña un papel en otras áreas del cuerpo:Además de regular la glucosa, la insulina también desempeña un papel importante en otras áreas del organismo:
- Participa en la síntesis de lípidos y la actividad enzimática.
- Facilita la reparación del músculo, después de una enfermedad o daño. Facilitando el transporte de aminoácidos al tejido muscular.
- Facilita la absorción del potasio.
- Maneja la excreción del socio y del volumen fluido de la orina.
- Elemental para el funcionamiento del cerebro, el aprendizaje y la memoria. Para prevenir una falta de suministro al sistema nervioso, es muy importante que ésta se mantenga en un rango de 70 a 120 mg/dl.
¿Qué pasa cuando hay ausencia de insulina?
La diabetes mellitus es la carencia absoluta o relativa de insulina que resulta en acumulaciones anormales de grasa y deficiencias en el metabolismo de las proteínas y los carbohidratos.
El primer intento de las células del cuerpo de contrarrestar la falta de glucosa es metabolizar proteínas, cuyo resultado es la liberación de grandes cantidades de aminoácidos.
En segunda instancia, las células del tejido adiposo intentan proveer combustible movilizando las reservas grasas; así pues, las funciones normales del cuerpo se inhiben y los tejidos se degradan, provocando acidosis.
Lo anterior, provoca un sobreesfuerzo en el cuerpo, causando deshidratación y desequilibrio de electrolitos que pueden afectar al cerebro e incluso derivar en la muerte.
El tratamiento con insulina pretende revertir el estado catabólico creado por la deficiencia de insulina, además de una adecuada administración de líquidos, buenos hábitos alimenticios y ejercicio.