Elimina el mal aliento de una vez por todas

¿Usualmente te huele la boca? ¿Un chicle, una pastilla o una paleta ya no lo solucionan? Acá te decimos cuáles son las causas del mal aliento y cómo puedes evitarlas en tu vida diaria.

El mal aliento, también conocido como halitosis, es un problema que puede afectar tu vida personal y laboral. Es poco común que algunos noten su propio mal aliento (aunque sea desastroso) o que lo perciban mucho (aunque sea muy leve), esto es porque es muy difícil evaluar el propio aliento. Por ello, normalmente es hasta que alguien nos hace incapié cuando nos damos cuenta de esto.

Pero, ¿cuáles son las causas del mal aliento?

En nuestra boca, desde la saliva, la lengua, las paredes y las mucosas, existen miles de bacterias que pueden añadirse a nuestros dientes y formar la famosa placa dental. Tranquilo, que tengas bacterias no significa que sea un lugar peligroso o sucio, de hecho, muchas de estas bacterias permiten digerir algunos alimentos, además de que tenemos mecanismos internos para librarnos de las que son dañinas, como la saliva.

Sin embargo, cuando no se remueven correctamente (a causa de una mala higiene bucal) estas bacterias se unen con los restos de alimentos y podrían ser una de las causas de tu mal aliento. Y sí, la higiene bucal es la principal razón por la que podría oler mal tu boca, aunque existen otras causas como:

  • Consumir productos con tabaco. Sí, fumar provoca un aroma desagradable. Además de que tus encías pueden estar dañadas (otra razón más de tener mal aliento).
  • Boca seca. Como te mencionamos, la saliva es un mecanismo natural para deshacernos de las bacterias presentes en nuestra boca, por ello una boca seca puede contribuir al mal olor. Esto es normal que ocurra mientras dormimos, por ello de que al levantarte suelas tener mal aliento. 
  • Medicamentos. Algunos medicamentos contribuyen a tener la boca seca, provocando indirectamente un mal aliento. Otros se descomponen en el organismo y liberan sustancias que se transportan directo al aliento.
  • Estómago vacío. Prolongar tu horario de comida, ya sea desayuno, comida o cena, reduce la producción de saliva.
  • Estrés. Estar bajo períodos de estrés puede provocar que tu boca se seque, que al combinarse con los ácidos del estómago (generados por el estrés) empeora tu aliento. Comer un chicle, pastillas o los refrigerios entre comidas puede ayudarte a reducir el mal aliento. 

¿Cómo podemos evitarlo?

Si te identificaste y crees haber identificado cuál podría ser la razón de tu mal aliento, la solución podría encontrarse en mantener buenos hábitos dentales. Es esencial usar cepillo (e hilo dental) al menos 3 veces al día, o después de cada alimento. 

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También puedes recurrir a los enjuagues bucales (no en exceso, pues esto podría lesionar tejidos bucales y ocasionar un problema mayor), caramelos de menta o gomas de mascar para refrescar tu aliento. 

Sin embargo estos son sólo soluciones temporales. Si después de mantener una buena higiene bucal tu problema de mal aliento persiste, es momento de acudir con tu dentista, pues podría tratarse de un problema más serio de salud bucal.

Recuerda que debes consultar a tu dentista al menos 2 veces al año.

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