¿Se puede tener fobia a la Navidad?

Navidad Salud Mental

Estamos a día de que llegue la Navidad, ¡qué ilusión!

Pero no todos están tan emocionados por estas épocas de dar y recibir. Para muchos implica una auténtica pesadilla.

Verónica Rodríguez Orellana, directora de la empresa española Coaching Club, señala que en estas fechas se desatan temores latentes que se evidencian fácilmente en eventos sociales a los que asistimos, generando así una fobia a la Navidad.

Durante las sesiones con sus pacientes de manera grupal e individual, Verónica comparte que los encuentros anhelados y los cierres de ciclos derivan en ansiedad, frustración o tristeza, motivados por la insatisfacción personal ante las metas no alcanzadas.

En este sentido, identifica 4 tipos de fobia que se manifiestan durante esta época:

Fobia social:

Ésta se debe al gran número de reuniones familiares, laborales y con amigos, que además de llenar la agenda de compromisos, vulneran a quienes asisten, dejando entrever sus debilidades, sueños, anhelos y asuntos personales, a través de las charlas y encuentros con otras personas.

Es por ello que es muy importante que durante esta época, las personas que experimentan esta sensación, trabajen con un experto en la gestión de sus emociones y su autoestima.

Estrés y autoexigencia:

La Navidad y las fiestas decembrinas son una época de evidenciar los logros personales y profesionales; son fechas para hacer un recuento de lo vivido. Sin embargo, este ejercicio puede generar una sensación de no ser lo suficiente e invariablemente, compararse con el resto.

En este contexto se desata estrés, que puede somatizarse generando sensaciones de ansiedad, negatividad e incluso, problemas de alimentación y trastornos del sueño, por lo que es importante trabajar en nuestros niveles de autoexigencia, establecer metas realistas para el próximo año y siempre recordar que sin importar cuánto hagamos o cuánto tengamos, somos suficiente.

Tristeza:

Las celebraciones maximizan los sentimientos, pero las emociones desbordadas pueden derivar en tristeza por múltiples razones como no estar cerca de quienes amamos, pérdidas, discusiones o traumas, poniendo en escena un panorama desolador, sin esperanzas ni ganas de festejar.

Pero debemos recordar que cada experiencia, “buena” o “mala”, suma un aprendizaje que marca la pauta para continuar explorando nuevos caminos con creatividad y resiliencia.

Compras compulsivas:

Muchas personas se sienten con el compromiso de obsequiar algo a sus seres queridos y la publicidad en las calles, redes sociales y centros comerciales no nos ayuda, ya que incita al consumo y a comprar de manera compulsiva, descuidando así la salud económica.

Hay que recordar que si bien estas épocas se caracterizan por dar y recibir regalos, éstos no están definidos por su valor monetario y que más allá de un bien material, lo importante son los vínculos con las personas que más amamos.

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